Sobre el odio y el
amor.
El
odio… sólo es custodio del dolor que disemina, porque su intención es dañina.
Si
un corazón no escucha su razón, tiene el odio aguardando, asechando, para dejarlo
salir, y matar el vivir de ese corazón.
El
odio nada crea, sólo destruye lo que sea.
Cuando
un corazón siente que su alma está encarcelada, engrillada, amarrada, anulada, por
un odio que la tortura… debe tratar de dejar su alma liberada, que da todo sin pedir nada.
El
amor no ve defectos en el ser amado, y si los ve no los sanciona.
El
amor enseña y perdona, porque siente el amor que el Señor le ha dado.
Corolario:
En este mundo… sólo
el amor es fecundo.
Humberto Silva Morelli
Nota:
Este
poema lo presento, en mi nueva forma de escribir.
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