Una historia para volver a nacer.



Desde el 5 de diciembre del 2006, cuando ella se fue... hasta hoy.


Mis poemas son y han sido siempre un canto a la vida, salvo el primer mes después de la muerte de Esther… mi primer amor. Durante ese mes… yo sólo viví para mi dolor. La pérdida de mi amor me había quitado… no el deseo de vivir, sino mi vida. Durante ese mes yo estuve encerrado en una urna de dolor y escribí sólo para no olvidar, para llevar, para evocar mis recuerdos perdidos. ¿Dónde? No lo se. Así era mi locura. Durante ese mes, yo era un alma en la noche oscura. Yo no estaba en la tierra, vivía en una nube rosada de dolor. El dolor me alegraba, me mantenía y me mataba. Y aún cuando yo vivía y pisaba, yo no existía, yo no estaba. En la mañana yo salía de mi urna fría, caminaba y andando lloraba. Pasaba por calles llenas de luz, llenas con flores de amor y no las veía. Todo era ajeno y lejano. Era una película que pasaba… que yo miraba mientras caminaba y que no veía. Y caminando llegaba a mi sinagoga. Allí ella me esperaba, tendida, dormida. Allí estaba esperando mi llegada. Pero no estaba y allí me recibían y me querían y me necesitaban. Allí me acogían y entendían mi dolor y entendían mi amor. Allí hacía cosas que no recuerdo. Allí hacia puras cosas de amor. Así pasaban los días que no recuerdo, porque eran días de dolor. De la sinagoga salía para mi casa, con recuerdos pero vacía. Y allí en esa casa llena de luz, pero oscura y fría, yo preguntaba y al preguntar lloraba… ¿Cuándo me llevas Señor? ¿Cuándo me llevas donde está mi amada? Y nadie respondía, sólo mi dolor. Yo estaba solo en mi tumba fría. Así fueron pasando mis días hasta que esa noche, de pronto sentí que despertaba… una seguidilla de explosiones retumbaba. Yo estaba en una ventana mirando un cielo negro lleno de colores que subían, que se expandían y desaparecían y volvían y se iban… mientras la gente miraba y gritaba feliz. Y yo no lloraba, sólo estaba. Insensible pero estaba. Allí parado en una ventana junto al mar. Esa noche Pancho (Valparaíso) celebraba el nacer de un nuevo año. Y yo miraba perdido, confundido, toda esa alegría que rebosaba y que yo no tenía. ¿Cómo estaba allí? ¿Cómo había llegado? No lo sabía pero veía. El mes que había pasado, se había borrado. Y supe que estuve enfermo de amor y de dolor. Y supe que ese mes había sido borrado, porque yo debía vivir, porque yo debía escribir y volver a amar. Debía olvidar sin dejar de amar. Debía sanar porque tenía compromisos que cumplir… compromisos de amor… hechos al amor que se fue. Y entonces, más arriba de las bengalas, volví a ver las estrellas colgadas del cielo infinito. Renací sin olvidar. Volví para amar `pero sin saber. Volví sin haber nacido. Sin recuperar lo vivido y sin olvido. No lo se, pero así fue. Fue muy raro volver a sentir… volver a vivir… sabiendo que volvería a escribir, para cantarle al amor, para cantarle a la vida que aún herida, es un regalo del Creador.



El 5 de enero del 2007, después de ir al cementerio… escribí:



Hoy se cumple un mes
y la fui a ver.

Hoy le llevé una flor.

Hoy le dije que la amaba como la primera vez...
y cuando estuve cerca de Esther
mojé su tierra con lágrimas de amor.

Hoy Mi Señor
te lo vuelvo a pedir...
Ámala
y cúidala
mientras dura mi vivir.



El 9 de enero volví a escribir



La luz de Esther
inspiró mi poesía.

¿Qué ha pasado?
¿Por qué me siento caer
desde ese negro día
cuando te vino a buscar la muerte?

¿Acaso he dejado
de quererte?

La vida es así...

Hoy nos ha separado
y como sigo enamorado
después me dejará verte.

Ahora y en tu honor,
cantaré a la vida
y cantaré al amor
que D’s nos dio para vivir...

Y así seguiré cantando
porque te sigo amando...
hasta que llegue el día...
querida...
querida mía...
que yo también deje de sufrir.



Y cantando a la vida sané, pero no olvidé. Y cantando a la vida volví a amar la vida. Y sin dejar de amar, volví a amar. Y así en marzo escribí.



¿Recomenzar mi vida?
¿Volver a empezar?

¿Olvidar mi pasado?...
¿todo lo que he amado?
¿lo que he sufrido?
¿lo que me han dado?
¿ lo que he aprendido?

¿Debo olvidar mi herida...
aún no sanada?

¿Debo empezar
de la nada...
para llegar
a la inocencia perdida?

No se puede recomenzar.
Pero se puede volver a la vida....
cuando el dolor
te está matando.

Y se puede abrazar
dando amor...
cuando aún tu herida,
está sangrando.

El S`r...
te hizo fuerte...
porque después de la vida...
Él también hizo la muerte.

Comenzar
a vivir
después de haber caído...
es salir
del olvido.

Es regresar
a lo que uno ha sido.

Es enseñar a dar
al que no ha sabido.

Es volver a estar,
para tender la mano...
al hermano
caído.

Apaleado...
he vuelto a sentir
la alegría de amar.

Enamorado...
he vuelto a vivir.
He vuelto a estar...
He vuelto a oír...

Esa estrella
que brilla en el mar,
es ella
...
¡ Y ME HA VUELTO A BESAR !



Pero pude sanar y el amor ha vuelto a brillar en mi vida. Hoy amo y soy amado. El Señor que me ha creado… me ha vuelto a besar… me ha vuelto a dar… su mano extendida. Un alma muy bella está a mi lado… Ruth me ama. Y yo… sin olvidar… he vuelto a amar, he vuelto a cantar… mi vida aún no ha terminado. Soy amado y he vuelto a estar enamorado.



Hoy estamos en febrero del año 2012, cinco años después.



                                                      
                                                  Ruth y yo el 2011.












































No hay comentarios:

Publicar un comentario