martes, 18 de septiembre de 2018

Hoy es Yom Kippur.



Hoy es Yom Kippur. Hoy es el fin de nuestra introspección. Hoy se inicia el Día del Perdón para los que amamos la Torá.  Hoy he sido premiado como poeta, porque en este blog, tengo más  de 20.000.- nuevos lectores... que están... desde Rusia, pasando por Europa para llegar a USA, y desde allí llego a Chile... mi país.


GRACIAS... a todos ustedes.


Humberto Silva Morelli.
Vuestro Poeta

La Edad Dorada…




La Edad Dorada…

La Edad Soñada
por la juventud

La Edad de la Plenitud
lograda.

El Otoño de la Vida…
y de la Acogida…

Son apodos…
acomodos
dados para ocultar,
una realidad difícil de mostrar…
por lo fea penosa
vergonzante y dolorosa
que es su pasar.

Los viejos…
somos olvidados
pellejos …
ninguneados…
perplejos…
generalmente descarriados…
pasmados…
confundidos…
y excluidos…
de la comunidad.

Además vivimos medicados
y acorralados
por la modernidad.

Estamos en la edad
de los inquietos
nietos,
con los que uno sólo puede jugar…
y amar,
pero de lejos…
sólo porque somos viejos.

Pasó la edad de criar…
amar.

Y de trabajar…
ni que hablar…

Los políticos de derecha e izquierda,
nos dan un pensión de mierda,
que no siempre alcanza para comer,
ni para pagar un puto alquiler
donde dormir.

Yo tengo para sobrevivir,
pero pocos lo pueden decir.
Por eso escribo…
Por eso vivo…
Y de lejos…
puedo ver la amargura
de esa personal locura…
que invade a esos viejos…
que no tienen para comer
ni pagar un alquiler.

Ande yo caliente…
¿Qué me importa la gente?
Es un viejo decir…
que justifica la permanencia,
la indecencia,
de este cruel modo de coexistir,
riqueza
con pobreza.


Humberto Silva Morelli


Entre el Año Nuevo hebreo y el Día del Gran Perdón (Yom Kippur), hay 10 días, en los cuales y mediante una desapasionada introspección, uno debiera repensar su vida en el año recién pasado, utilizando los preceptos de La Torá.  El poema que Ud. leyó es fruto de esta introspección, porque yo… como poeta… casi siempre le he escrito a la belleza del alma. Pero esta belleza y para nosotros los viejos, rara vez la vemos dentro de nuestra sociedad. De primera intención, quise escribir… “dentro de la sociedad que nos cobija”… pero esa sociedad que nos cobija no existe, por eso escribí: “dentro de nuestra sociedad”. Este poema pareciera ser el grito de un poeta angustiado. Pero no estoy angustiado… estoy muy desagradado, porque no he podido cambiar la tradicional, alabada y a veces amoral “viveza” chilena, mostrada elegantemente en los cuentos del huaso “Pedro Urdemales”… repito… no he podido cambiar esta “viveza”, por la honestidad dada por el amor, como debiera ser… y como lo pide La Torá.



miércoles, 12 de septiembre de 2018

29ª Estrofa de amor


Hace un largo tiempo que no publico una estrofa de amor. Decidí hoy publicar esta estrofa, porque no todo es vejez y religión. También nuestra neshamá necesita recordar el amor que nos rodea. Que está a nuestro lado. Que necesitamos ver día a día, minuto a minuto, segundo a segundo.




Cuando miro esos ojos...

Cuando miro esos ojos
color de cielo
color de mar…
Y veo el verde anhelo
de esa dulce sonrisa
que enmarca tus labios rojos
en su cantar.
Deseo besarlos…
Deseo amarlos…
y no dejarlos
de amar.




Humberto Silva Morelli

domingo, 9 de septiembre de 2018

La Fe y la razón…




La Fe y la razón…


La Fe y la razón…
se unen en el corazón…
cuando nuestra nesahamá
se eleva a Jaiá.

Si no hemos ascendido
sólo la Fe
que se ve…
hemos vivido.

Entonces creemos
que la letra de la Torá
escrita tal cual está…
es lo que entendemos…
es lo que debemos saber…
porque esas letras dicen cómo debemos ser.

Somos niños que le creen al papá,
porque no sabemos
o no podemos…
ver más allá.

No hemos madurado para entender…
que nuestra alma debe crecer…
para poder
comprender…
que la verdad de ese amor
está más allá del deseo…
más allá del dolor.

Más allá de lo que siento
y de lo que creo.

Más allá del viento
y de todo lo que veo.

Cuando el corazón
y la razón
marchan unidos…
cuando eso sucede…
nace una luz que excede
a todos los amores dormidos.

La Fe y la razón…
se unen en el corazón…
cuando nuestra nesahamá
sube a Jaiá.

Hemos ascendido.
Hemos vivido.

Ahora el amor es más profundo.
Es otro mundo.
Entonces vemos la nueva luz que nos ofrece la Torá.


Humberto Silva Morelli


Estimado lector… el poema que terminas de leer, lo escribí especialmente para Yom Kippur (El Año Nuevo hebreo) 5779, porque nuestro aprendizaje humano, dentro… y también lo aparentemente  fuera de nuestra Fe,  nunca debiera darse por terminado. Así sucede con La Torá (El Pentateuco)… mientras uno más la entiende, más incógnitas surgen… que ella misma se encarga de responder, en una conversación que une a sus palabras con nuestra alma. ¡Curioso intercambio de ideas! ¿O sentimientos? El hoy trata de entender, el alma de lo escrito hace a lo menos 3.500.- años ha. Por eso, creo yo, que cuando uno logra librarse, aunque sea parcialmente, de las ataduras del tiempo, La Torá es un libro que siempre tendrá a tu alma… impulsando a nuestro espíritu para que actúe, y así poder tener en el futuro, un mundo lleno de amor. Y como lo dije en dos estrofas del poema que escribí como un homenaje al año 5779 que se inicia el próximo 1º de Tishrei…

El mundo comenzó a pensar…
y al pensar…
comenzó a dar,
a amar
y a descubrir
para vivir…
lo que el Árbol de la Ciencia
en sus hojas tenía..
porque en su loca armonía…
estaba la congruencia de nuestra vida…
dada por perdida.

Y así el mundo está siendo amado
y mejorado.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Cuando el 2º Templo fue arrasado…




Escrito como un homenaje al año 5779 que se inicia el próximo 1º de Tishrei




Sólo supongo yo…
y así lo siento…
que contaré… lo que pasó.
Si no sucedió…
esta historia se la llevará el viento.

Cuando el 2º Templo fue arrasado,
el Mesías recién había llegado.

Varios ángeles del cielo…
bajaron
con invisible vuelo…
y encarnaron
para enseñar
al hombre a amar…
sabiendo…
conociendo…
que nuestro destino,
iba por mal camino.

Vinieron para enderezar
lo que se había descarriado…
Para cambiar
nuestro destino…
Para enseñarle a amar
a un hombre desorientado.

Vinieron para reparar
la impudicia de lo mal criado…

Vinieron porque nadie sabía dar,
ni confiar,
ni respetar.

Vinieron porque el motor
del amor…
casi no giraba.

Vinieron porque la idolatría campeaba,
en una tierra llena de dolor.

Y lentamente…
con los Ángeles que vinieron…
y que están porque aún no se fueron…
el mundo comenzó a cambiar.

Paulatinamente
el hombre se comenzó a acercar
a los jardines del Señor.

El hombre comenzó a pensar
con amor.

Nuestros sabios
nos dieron la Torá,
oral y escrita.
Su verdad aún no la expresan nuestros labios,
aunque allí está…
lo que tu alma necesita.

El mundo comenzó a pensar…
y al pensar…
comenzó a dar,
a amar
y a descubrir
para vivir…
lo que el Árbol de la Ciencia
en sus hojas tenía..
porque en su loca armonía…
estaba la congruencia de nuestra vida…
dada por perdida.

Y así el mundo está siendo amado
y mejorado.

Pero la bondad aún no ha llegado
a todos los corazones.

Hay confusiones…
hay ignorancia todavía…
pero se acerca el “Día del Amor”.
El “Día del Señor”…
día que yo no veré…
pero eso yo, ya lo se.



Humberto Silva Morelli



Lo que yo creo, no necesariamente es cierto… pero es cierto que en 1948 nació Israel… y hoy, siendo un país chico, en cantidad de personas y de tierras, es uno de los países más ricos en el saber del mundo… y como dice el Tanaj “Entonces retornarán (a su tierra) con los hijos de Israel… y Habitarán seguros porque ÉL será engrandecido hasta los confines de la Tierra.” (Trozos de Miqueas 5:2 y 3) Estas palabras del Tanaj y otras pocas pero muy explícitas, para mí, son parte de una profecía que comienza a ser cumplida. En este campo no hay verdades ni certezas… sólo hay Fe. Nada más que Fe.