domingo, 29 de mayo de 2011

Reflexiones sobre lo que hoy siento y escribo como poeta.

Hoy escribo sobre lo que creo porque lo he visto y sentido como poeta. Sólo escribiré, sobre como yo siento a mi alma, cuando ella está dormida, despierta, enamorada, angustiada, sola, acompañada. Escribiré sobre lo que ella siente y nos hace sentir, al vivir y cuando ella camina hacia nuestro morir. Durante muchos años no me preocupé del alma y creo que por eso no la sentí. Y como yo no la sentía no escribí sobre ella, salvo unos pocos poemas que nacieron cuando conocí el amor. Poemas que por no saber escribir con el alma, no fueron de lo mejor. Hoy mis poemas nacen de mi alma, que le habla a todas las almas que desean escuchar. Y creo que muchas me han escuchado porque han llorado. He visto lágrimas caer. He escuchado el dolor que trae la alegría del amor. He tocado corazones enamorados.

Nuestros órganos sensoriales, los que nos unen con todo nuestro entorno, sienten de diferentes maneras, con diferentes formas y diferentes intensidades. Y todo esto, común por lo parecido, es relativamente diferente o parecido, entre los humanos. Estos sentires llegan a nuestra compleja alma, la que a su vez determina nuestras reacciones. Muchos dicen que todo llega al cerebro, órgano que sería el que determina nuestras reacciones. Yo prefiero decir “alma” porque el cerebro además de tener una ubicación físicamente determinada, se dice que cobija centros conductuales, emocionales y toda otra índole, que son parcialmente desconocidos en su superficie y totalmente desconocidos en su profunda intimidad. Y como esto hoy y para mi, es como darle forma humana a D's, para satisfacer nuestra ignorancia o egolatría, prefiero hablar del alma como el lugar donde se ubican los sentimientos, que en nuestro cuerpo pueden expresarse dentro de una forma bioquímica, pero que en definitiva nadie sabe lo que son.

Decía que nuestros órganos sensoriales, entregan información al alma y que esta define una respuesta determinada por la experiencia anterior del cuerpo, vista dentro de sus posibilidades físicas, y por las virtudes de esa alma que siente. Parto extrapolando que si no existen dos seres humanos idénticos, no debieran existir don almas idénticas y por tanto, ante iguales estímulos nunca podrán existir idénticas respuestas. Sin embargo, aunque siempre atentos, nuestros sentidos pueden no percibir sensaciones, aislando a nuestra alma de su mundo. También podría suceder que nuestra alma no reaccione volitivamente a estímulos que para ella carecen de significado. En el primer caso se podría decir que el silencio rodea a nuestra alma. En el segundo diremos que nuestra alma está en silencio. Y ambas situaciones pueden ser buenas o malas, de luz o de oscuridad.

Curiosamente, creyendo que el alma es absolutamente inmaterial, siento que algunos mortales, la podemos ver. No me refiero a ver un efecto físico sino a un sentir que normalmente emana de algunas miradas. Sobre ese sentir y sólo sobre él, se basará este escrito. No deseo penetrar en una discusión esotérica para mi sin sentido racional. Sólo deseo narrar brevemente mi experiencia de vida, más como un sujeto experimental, que como una realidad vivida. Pensando que una realidad sentida no necesariamente es verdad, pero que si abre muchos caminos en la búsqueda de la verdad.

Yo tuve la suerte de iniciar mi vida siendo amado y después tuve la suerte de vivir siempre enamorado. Primero amé y fui amado por mis viejos. Después llegó un diferente y gran amor con Esther y mi nueva familia. Al irse Esther siguió un espacio de un enorme vacío y soledad donde me negué al amor. Y después de ese dolor, nuevamente y hasta hoy, vivo el amor con Ruth mi nueva compañera.

Debido quizás al hecho de haber tenido una muy hermosa vida, ni aún los peores dolores del alma, han dejado esas cicatrices que no borra el olvido. Muy por el contrario, los dolores del alma que he tenido, han sido valiosas experiencias para evitar que se oscurezca una vida de amor. Aunque la vida nunca sea pareja. Aunque la vida tenga tiempos de alegría y también tiempos de dolor, todo se supera cuando nuestra alma está llena de amor.

Curiosamente creo haber visto la belleza en las almas de mis dos amores. Creo haber visto la belleza en las almas de mis amigos. Creo haber visto la belleza en las almas de todos los que he querido. Aunque dentro de esas bellezas no esté la entrega total de mis dos amores. Nada importa si en su conjunto, el alma es bella. Y digo esto pensando que a veces nosotros enjaulamos, encadenamos y amordazamos a nuestra alma. A veces lo he visto y no he estado equivocado. Otras veces y dentro del mismo cuerpo, he visto a un alma renacer a una nueva vida, sólo dándole amor. He visto almas encadenadas por la mentira, por la usura o sólo por la vileza del poder, reflejada en ojos donde se ha escapado la alegría del vivir. He visto a almas dando amor, sólo para curar la ausencia de amor.

Por eso y sólo por eso… queridos amigos… todos mis poemas son de amor.

Por eso y sólo por eso yo sólo le canto al amor.





Cuando a un sueño, lo hacemos realidad.



La vida es un sueño
y los sueños…
sueños son. (*)

La vida no tiene dueño
porque es un sueño
del corazón.

Un sueño es una idea
que desea
volverse realidad…

Que necesita ser trabajada…
porque es amada
en su ansiedad.

La idea toma tu ser viviente…
para hacer
nacer
lo que ella siente
que tu corazón quería.

Ya así nace el amanecer
de un nuevo día.

Después cuidas como una flor
lo que dejó de ser un sueño…
porque ahora tiene un dueño
de amor.

Sólo recuerda que en este hacer…
tus manos y su sudor…
hicieron nacer
a ese tu sueño de amor.





(*) “La vida es un sueño y los sueños… sueños son…” es frase parte del soliloquio de Segismundo en la obra “La vida es sueño” de don Pedro Calderón de la Barca.

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Soñar… planear… hacer el trabajo sucio con el que suda tu frente, para que el plan resulte… y finalmente lograr el éxito, es la estrategia fundamental de todo esfuerzo humano. Es la historia de nuestra cultura… de nuestro mundo – Tzvi Freeman.

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Humberto Silva Morelli
¿Poesía o Parábola de amor?
Mayo de 2011 .

lunes, 9 de mayo de 2011

VIVIMOS y JAQUECA

Vivimos


Vivimos.
Morimos.
Amamos
y nos vamos.

¿Para que nacimos
si morimos?

¿Para que amamos
si nos vamos?

No lo se…
pero se
que vivo…
porque te quiero.

Y sin motivo…
también se que muero
en el nunca jamás…
si tú no estás.


Humberto Silva Morelli
09 de mayo de 2011.





Jaqueca

Otra vez esa maldita jaqueca.
Esa que deja tu cabeza hueca.
Y de ideas…
seca.

No piensas.
No creas.
Sólo te descompensas.

El dolor lastima.
No se puede razonar
y más encima…
no se puede amar…
ni trabajar.

Sólo te compadeces…
desfalleces…
y esperas.

Quieres volver
a ser
lo que eras.

Quieres estar un poco mejor.
Quieres que baje el dolor…
para dormir
y volver a vivir.


Humberto Silva Morelli
Sólo recordando
08 de mayo de 2011