La partida de un alma querida…
La partida
de un alma querida…
siempre trae dolor
de amor.
Con esa partida
uno siente la soledad
de la vida.
Uno siente la
orfandad
de nuestra
existencia…
y la banalidad
de nuestra
demencia.
Mientras mayor
sea el amor
hacia lo que perdemos,
mayor
será el dolor
que tenemos.
Cuando esa alma se
va…
Cuando esa alma ya
no está
para contarle nuestras
alegrías…
para contarle las
penas de nuestros días…
o para reír
o sufrir
con nuestras
tonterías…
llega la soledad…
llega la enfermedad
que mezcla nostalgia
con melancolía…
que mezcla al
olvido con los recuerdos del alma mía…
dibujados en una pared
vacía.
Así…
sentí…
la partida
de esa alma querida.
Así
sentí.
Humberto Silva Morelli
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