¡Dios mío… por qué nos has
abandonado!
¡Dios mío!
¿Por qué nos has
abandonado
en este mundo de
amor vacío?
¿Cómo puedo
escribir mi poesía,
si se ha
destrozado
el alma mía?
Gente del pueblo
que he querido,
ha robado,
ha saqueado,
ha incendiado
su nido…
matando sus propias esperanzas.
Matando nuestras
confianzas
en un mundo mejor…
en un mundo lleno
de amor.
¿Es que la droga los
ha financiado?
¿Quién les ha pagado
para derribar…
destrozar…
arrasar…
asolar
lo que hemos edificado…?
¿Cuánto dinero han
quemado…
que hubiera
servido para vivir
o subsistir…
al desamparado?
¿Cómo puedo
escribir…
esa poesía
que nace del alma
mía…
si las turbas han
destruido…
lo que hemos
construido
con amor
y dolor?
¿Hasta cuándo,
seguirán
robando
esos que nos están
matando?
¿Acaso la
democracia se defiende
sin tocar al delincuente
que no siente
ni entiende?
¿Es que amar
significa enseñar
sin castigar?
Esos nos están
matando…
Nos están quemando…
Están dejando
sin nacer…
sin crecer…
al Chile que
queremos…
al hogar que todos
tenemos.
Acaso el dejar
sin detener…
a las turbas que salen
a robar…
¿No es avalar?…
¿No es
condescender?
¿Acaso todo esto no
es una maldad
sin piedad?
Es cosa fea
lo que ha sucedido.
Ave de mala ralea…
es la que empuerca
su propio nido.
Realmente es una
desgracia…
ver morir así a
nuestra democracia.
Humberto Silva Morelli
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