jueves, 26 de julio de 2012

CARTA PARA NICOLÁS GUILLÉN

En julio nació y en julio partió mi amigo. Y antes que se vaya julio… y antes de irme yo… le escribo lo que le desee decir, pero que nunca le dije.

 


CARTA A GUILLÉN



Prólogo.-

En una acuarela o colorido dibujo de un artista que no conozco y que adornaba el comedor de la casa de Nicolás Guillén y Rosa en La Habana, y en su respaldo de cartón Nicolás escribió estas palabras y me regaló el dibujo que desde siempre ha estado enmarcado en mi escritorio y en mi corazón.

 

Para Esther y Humberto, en recuerdo de nuestro encuentro en La Habana y con mi gran cariño para ellos y para Chile


Nicolás


Enero 20 / 68 (en realidad 21)





Desde entonces han pasado 44 años y yo, para darle vida con amor a Esther, en el 2000 nací como aprendiz de poeta. Es cierto que siempre he sentido la poesía, pero no por eso, era poeta. La bella poesía… la poesía de amor… me alucinaba. Es cierto que mis poemas más sentidos son los cantos al amor y mis bardos preferidos son los que le han cantado al amor. Y uno de ellos fue Nicolás. Todos sus poemas son cantos a la vida y al amor. En Cuba y en el Congreso de Intelectuales, en 1962 lo conocí... Y fuimos amigos… Y yo fui el amigo de Chile, de ese Nicolás que yo admiraba. Nicolás tenía amigos en todo el mundo y dentro de cada país tenía amigos. En diferentes niveles de amistad, pero amigos. Ahora todo ha cambiado. Nicolás dejó su lira en tierra cuando en julio de 1989. tuvo que partir. Y yo recogí de mis recuerdos, una lira no usada y la hice vibrar para que Esther, esa alma que entonces me dejaba, supiera cuánto yo la amaba. Esther se fue y yo le sigo cantando a la vida y al amor. Y dentro de la vida y el amor, hoy brilla mi amor por Ruth y dentro de mis más bellos recuerdos, brilla casi sola y aunque no lo está, el brillo que aún dura del amor que por Esther tuve, opaca casi todas las otras luces. Sólo se exceptúa el amor que hoy tengo de Ruth, amor que me ha dado nueva vida para escribir mi poesía… de hoy. Así llegó otro amor a mi vida para seguir enamorado. Y gracias a este nuevo amor, le puedo seguir cantando a mi ser amado, y a la vida que me ha bendecido. Hoy le canto a Guillén, porque aún siento que él es amor. Porque él es el amigo que sigue vivo en mis recuerdos. Porque amo su poesía… y porque aún hoy… cuando la releo… a él lo siento junto a mi. Y le digo:



NICOLÁS…



Siento en el viento… tu ancestral poesía… Integral… tuya y mía. Y tomo la mano del hermano africano… y siento al viento llevar, esos olvidados olores de tiernos amores. Lo siento amar… el tamtan de sus tambores, la belleza de sus flores y tanto más que dejó Adán… Y mucho más que dejó, con la paz de sus amores. Y siento tu orgullo por haber nacido de esos esclavos, que han vivido libres en tierras del primer hombre. Y siento el dulce arrullo, el dulce sonido de la primera mamá, al colocar el nombre, al primer nacido, entre las ramas de su primer nido. Y esa libertad que tu alma anhelaba, por ti fue siempre cantada, con el canto enamorado del que ama y es amado. Tu dulce tierra cubana, fue la ventana tu torre… para cantar… para buscar sin encontrar, tu ideal de libertad… como Rapuncel buscaba el amor, de su príncipe enamorado. Y como el agua dulce que corre, uniendo su unidad, tu alma nunca dominada, buscaba sin encontrar … el amor enamorado.



Nicolás… te escribo con cariño, porque tú como yo desde niño, hemos sido bendecidos. De diferente manera… pero bendecidos. Hemos sido amados y queridos. Hemos vivido y la vida nos ha besado. ¿Qué más puede tener… un hombre o una mujer? Nicolás te escribo porque creo en lo que tú dudabas, porque veo, a tu alma enamorada… y porque dentro de lo mucho que yo no se… podríamos volver a tomar un café, como lo hicimos en esta vida. Podríamos volver a conversar, como antes de nuestra partida... podríamos volver a amar, la caricia perdida, y hasta soñar, sin que nadie impida.



Todo esto puede ser cierto, o ser nada…



Saludos de Humberto y de Ruth, mi dulce enamorada.



Santiago, julio de 2012.

No hay comentarios:

Publicar un comentario