domingo, 16 de febrero de 2020

Mis 22 normas de la Misericordia




Mis 22 normas de la
 Misericordia.

Voy para los 93 años... y esta es una tremenda edad.  Desde que nací hasta hoy, el tiempo se ha escurrido como agua entre los dedos. Han pasado casi 100 años y no los he sentido… ni me ha resentido su pasar. La vejez de mi cuerpo la siento... la de mi alma no. Mientras mi cuerpo tiene que usar bastón, mi alma puede volar. Ella puede tocar las estrellas, aunque mi cuerpo ya no pueda correr y le sea difícil caminar... pero aún puede. Se resiste, pero lo obligo… y como aún puede... camino.

En estos muchos años he aprendo a vivir. He aprendido a ser lo que hoy soy. Y por como soy, la gente me quiere. Hoy casi no tengo amigos con parecidos intereses, porque todos... o casi todos... han partido. Los que no han partido físicamente, algunos, ya tienen una neshamá que no los guía y sólo por eso... su neshamá prepara su partir a los Jardines del Señor.

Mi vida, mirando hoy sus altos, sus bajos y resumiendo... ha sido muy bella y yo he sido muy feliz, aunque las alegrías se hubieren continuado con las congojas, el “Total Final” ... es muy bello. Por estas razones, antes de mi partir, quiero dejar escrito, algo del cómo lo he logrado, en la siguiente serie de sentencias muy resumidas... que me han guiado, aunque a veces he errado, no por ellas sino porque a veces uno no las recuerda. Puede que yo tenga una imagen ética diferente, para los ojos tuyos, estimado lector. Si es así, quizás yo te pueda enseñar querido lector, porque yo… ya no puedo aprender.

Viendo en el Libro Éxodo 34:6-7 de la Torá, los Trece Atributos de la Misericordia de HaShem, a mi parecer, están explicados en las 22 normas mínimas de amor, que uno debiera utilizar hoy para ser feliz y que resumo después de este párrafo. Estas 22 normas, en número son como las letras hebreas, que si uno no las conoce no podrá leer ese idioma. Yo he tratado de cumplir estas 22 normas, y no siempre he podido hacerlo, a pesar de lo cual, creo que soy una persona feliz y realizada. Dime amigo... ¿has intentado algo parecido?

Mis 22 normas son:

1.       Ama y serás amado.
2.       Ayuda y serás ayudado.
3.       Acaricia y serás acariciado.
4.       Regala y serás regalado.
5.       Invita y serás convidado.
6.       Agradece y serás correspondido.
7.       Se amable y serás elevado.
8.       Paga tus deudas y serás honrado.
9.       Preocúpate por los demás y los demás se preocuparán por ti.
10.  Enseña lo que sabes sin pedir retribución.
11.  Siempre mira a los ojos.
12.  Sé buen amigo, ayudando y cumpliendo lo que prometes.
13.  Se humilde pero no te dejes atropellar.
14.  Termina siempre, lo que has iniciado.
15.  No odies porque serás odiado.
16.  No critiques porque serás criticado.
17.  No tengas miedo de hacer o decir lo correcto.
18.  No te quejes, di la verdad y serás aliviado.
19.  No mientas porque todo engaño, es descubierto.  
20.  Escucha al que sabe más.
21.  Acepta y corrige tus errores. La Torá debiera ser tu guía.
22.  Sonríe, la vida es bella, pero... que tú la encuentres bella… depende de ti. En general, uno es el arquitecto de su vida, aunque la “suerte o el destino” también parecen existir.

Amigo lector, creo que esto resume las normas con las que he tratado de vivir y que las he aprendido en mis casi 100 años de vida, y es posible que ellas, a ti te puedan servir. Recuerda: Todo lo factible se puede, si uno lo desea y le queda tiempo para hacerlo.

Estas normas escritas no son poesía, pero cuando nuestra alma las siente, nuestra alma canta. Para ella son poesía. Para ella son expresiones del “amor”, que es lo único que nos pide el Señor.

Humberto Silva Morelli


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