El amor también se muere.
Y “nos dio la tierra para señorear”
…
sin pensar…
que salimos del cieno
en humedales…
Lo que no es bueno
para lucideces morales…
como la bondad
la maldad,
y otros males.
Hoy como antes…
comemos de la tierra en su
fertilidad.
Pero no como antes…
hoy pagamos por vivir en
sociedad.
Pagamos
por la tierra que ocupamos….
Pagamos
por el agua que gastamos….
Pagamos
por cómo sembramos
Pagamos
por cómo cosechamos
Pagamos
para vender lo que
recolectamos…
y comprar lo que necesitamos…
Para vivir…
o para subsistir.
Él cultivaba su tierrecita y de
eso comía…
y con eso sólo comía y vivía.
Él se endeudaba para plantar,
cultivar,
cosechar,
y vivir
para poder pagar.
Pero el desierto llegó…
y sin agua todo murió.
El desierto mata,
lo que uno planta o cría para
comer.
Y por eso él no tuvo plata
para pagar…
Ya no tenía qué vender…
Cuando esto le sucedió…
Buenaventura
Farías (*)
se suicidó.
En sus agonías
lo descentró esta locura…
y sin que fuera ayudado…
desesperado…
se mató.
Así lo veo yo.
Mi cielo sigue siendo azulado,
pero ya no somos el Edén.
Todo ha cambiado.
Hay pocas cosas que están
bien.
Y el amor…
de dolor
también
ha muerto.
Cierto.
Contigo,
amigo…
Descansa Farías… lo mereces.
Descansa Farías… hoy floreces.
Ya no tienes que pagar…
ya nadie te va a cobrar. (**)
Humberto Silva
Morelli .
Santiago de Chile, 5 de
octubre de 2019
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