En general y creo que, con muy
pocas excepciones, aunque no lo decimos, no nos agrada tocar temas que nos
acongojan, y que son de responsabilidad exclusivamente humana. Tristezas que nacen
de hechos tan inevitables como la muerte, son inevitables. Pero hay muchos otros
hechos, que provocan tristezas, que son hechos sociales y que en una vida
parecen inevitables pero que no lo son en tiempos de mayor amplitud. Uno de
estos hechos es la esclavitud. Esos tiempos tristes yo no los puedo evitar,
pero la congoja que ellos me provocan, si bien yo no la puedo evitar… la tengo
que decir, la tengo que escribir… porque exponiéndola es la única forma que yo
conozco para evitar que siga sucediendo.
El amor no sólo es la alegría de
amar, sino la alegría de poner un grano de arena, que con el tiempo será una roca
para evitar el dolor de cosas terribles como las guerras, que se pueden evitar.
La crueldad de los desalmados, se puede evitar, pero eso casi siempre
cuesta sangre, sudor y lágrimas. Individualmente y huyendo de esos dolores, de aquí salen los emigrantes y
tantas otras tristezas que se pueden evitar y que deberíamos hacerlo. La dureza
del clima también ha provocado grandes migraciones y hoy ese dolor lo podríamos
evitar, pero no lo hacemos. Los hombres que miran el futuro, en general no son
los que mandan.
El amor de mis poemas, no es puro
llorar… Ese amor es la alegría que entrega el vivir, el estar, el ayudar, el
mejorar lo que tenemos. Ese es el sentimiento que aborda mi poesía y que nunca
deberíamos olvidar. Y dentro de esa alegría… están las letras, que les paso a
entregar.
Con lento encanto…
Con lento encanto…
el cielo extiende su manto…
encendiendo estrellas…
generando ilusiones…
recordando bellas
pasiones
de amores
idos…
perdidos…
y sus dolores.
Siento la dicha del alma mía,
palpitando en ese cielo
estrellado…
cuyos fulgores…
son las flores que me han
dado
los que me han querido…
en la hermosa y larga vida
que he tenido.
Siento
que me lleva el viento
de mi fantasía.
Hoy siento,
la belleza de mi utopía.
Humberto
Silva Morelli
No hay comentarios:
Publicar un comentario