Queridos amigos de todo mi mundo
occidental que naturalmente incluye a todo mi Chile.
Se que todos, en mayor o menor
grado, estamos dominados por el individualismo que conlleva el neoliberalismo
imperante en todas nuestras naciones. Y también se que nuestra esperanza de
amor, no está dada en ningún tipo de dictadura supuestamente de izquierda o de
derecha. Las dictaduras no son de izquierda ni de derecha, son todas iguales,
sólo son dictaduras. Digo supuestamente de izquierda o de derecha, porque hasta
hoy… toda dictadura, del lado que sea… cambia todo, para que todo siga igual,
para los súbditos que somos la casi totalidad. Esto lo dijo Maquiavelo en el
siglo XVI y aún sigue vigente, pero hay una diferencia sustancial, que no
previó este profeta, ignorado como profeta, quizás porque, y para nuestro mundo
occidental, recién se había inventado la imprenta en el siglo XV, y nadie,
incluyendo a Maquiavelo, vio las proyecciones educacionales de ese invento.
Muchos años después y al inicio
del siglo XX, Marconi inventó la radio, elemento que llevó el conocimiento
hasta lugares ignotos y aún no sospechados… Y hoy, recién, nació lo que se ha llamado la computación, que no sólo pone la cultura del mundo, gratis y en
nuestras casas, sino que ha transparentado todo… incluyendo los secretos movimientos
de dinero, que se relacionan con el hacer contable de las personas y de los
gobiernos. Recordando que los gobiernos sólo son las empresas más grandes que
pueden tener las personas. En otras palabras, la computación hizo posible la transparencia,
la “gladnost” de Gorbachov, que ya es una desgraciada realidad para las personas
que usan el engaño para ser poderosos. Y esas personas se resisten… y mienten…
y crean dictaduras reales o encubiertas como el neoliberalismo, que
eufemísticamente llaman “democracia”, sólo para mantener el poder de dominio
sobre grandes grupos humanos. Y dentro de este desastroso momento del mundo,
que indudablemente nos llevará lentamente a un mundo de amor, hay algunos pocos
que como yo, tratamos de mostrar la chispa de amor que nuestro Creador, puso en
nosotros y en todos los seres vivos. Dentro de los pocos como yo, hay muchos
sacerdotes (no todos) y unos, quizás los menos… y unos muy pocos poetas y
escritores, que junto a millones de personas como ustedes, mis lectores, que
tratan de mostrar, que la miseria del mundo, puede y va a ser transformada en
amor, gracias a la cultura y a la transparencia de todo el hacer humano.
Incluso, dentro de poco, los humanos, no tendremos necesidad de matar a otros
seres vivos para alimentarnos. Por eso, ahora debemos cuidar mucho a nuestra
flora y fauna, para que dentro de unos años más, podamos restituir la belleza
del mundo que una vez fue. Para apresurar el proceso de cambios que eliminen el
dolor dando paso al amor… es que yo escribo… este es mi granito de arena… y en
mis escritos muestro realidades y pido que mi mundo sea un mundo de amor. Por
eso muestro al amor en todas las formas que yo lo he sentido y que aún lo
siento. Y se los doy a ustedes, mis queridos lectores, para que ustedes,
también sean capaces de darlo. Para que ustedes también sean capaces de verlo,
hasta en la gente que no conoce el amor, porque no lo han visto o porque está
enferma de desamor.
Hay mucha gente buena en este
mundo y hay muchos que no dan amor, porque no saben darlo o porque están
enfermos de dolencias que causan desamor. Dolencias que hoy, y en general, no
son curables, pero que en un futuro cercano… lo serán. Por todas las razones
dadas, yo sólo escribo de amor… del amor que yo he sentido y que se da… y del
amor que no he sentido y que se debiera dar.
Curiosamente, hace más de 5.000
años, todo fue escrito en los versos de mi Torá, para el hombre de esa lejana
época, libro que hoy se puede leer y entender con la mente de hoy, para dar
amor. Por eso yo, en mis poemas, tengo del amor que se siente y se da, y del
amor que falta y se debiera dar. Y todo lo anterior… lo veo desde mi tierra
aislada y distorsionada por su lejanía, colocada en el fin de este mundo atribulado.
Por eso para compensar un poco la desazón que pueden haber causado mis últimos
poemas, va un nuevo escrito sobre el amor, porque si pienso que el mundo es
bello, con el amor podría ser mejor.
Yo escribo de amor
Yo escribo de amor
porque muchos no saben
sentirlo…
Aunque saben herirlo…
y destruirlo.
El amor
es lo mejor
que Tú nos diste…
cuando nos creaste.
Cuando realmente nos amaste…
¡Mi Señor!
El amor que nos diste…
existe
pero el mundo no lo ve.
La alegría
del alma mía…
existe
pero ella no se ve.
Muchas cosas suceden…
Poco se ve…
y uno no sabe por qué.
Si quieres que todo sea
hermoso…
si quieres vivir dichoso…
entonces vive enamorado.
Vive amando
y siendo amado…
vive dando
el amor que a ti te han dado.
Humberto Silva
Morelli
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