martes, 13 de septiembre de 2016

Yo escribo de amor


Queridos amigos de todo mi mundo occidental que naturalmente incluye a todo mi Chile.

Se que todos, en mayor o menor grado, estamos dominados por el individualismo que conlleva el neoliberalismo imperante en todas nuestras naciones. Y también se que nuestra esperanza de amor, no está dada en ningún tipo de dictadura supuestamente de izquierda o de derecha. Las dictaduras no son de izquierda ni de derecha, son todas iguales, sólo son dictaduras. Digo supuestamente de izquierda o de derecha, porque hasta hoy… toda dictadura, del lado que sea… cambia todo, para que todo siga igual, para los súbditos que somos la casi totalidad. Esto lo dijo Maquiavelo en el siglo XVI y aún sigue vigente, pero hay una diferencia sustancial, que no previó este profeta, ignorado como profeta, quizás porque, y para nuestro mundo occidental, recién se había inventado la imprenta en el siglo XV, y nadie, incluyendo a Maquiavelo, vio las proyecciones educacionales de ese invento.

Muchos años después y al inicio del siglo XX, Marconi inventó la radio, elemento que llevó el conocimiento hasta lugares ignotos y aún no sospechados… Y hoy, recién, nació lo que se ha llamado la computación, que no sólo pone la cultura del mundo, gratis y en nuestras casas, sino que ha transparentado todo… incluyendo los secretos movimientos de dinero, que se relacionan con el hacer contable de las personas y de los gobiernos. Recordando que los gobiernos sólo son las empresas más grandes que pueden tener las personas. En otras palabras, la computación hizo posible la transparencia, la “gladnost” de Gorbachov, que ya es una desgraciada realidad para las personas que usan el engaño para ser poderosos. Y esas personas se resisten… y mienten… y crean dictaduras reales o encubiertas como el neoliberalismo, que eufemísticamente llaman “democracia”, sólo para mantener el poder de dominio sobre grandes grupos humanos. Y dentro de este desastroso momento del mundo, que indudablemente nos llevará lentamente a un mundo de amor, hay algunos pocos que como yo, tratamos de mostrar la chispa de amor que nuestro Creador, puso en nosotros y en todos los seres vivos. Dentro de los pocos como yo, hay muchos sacerdotes (no todos) y unos, quizás los menos… y unos muy pocos poetas y escritores, que junto a millones de personas como ustedes, mis lectores, que tratan de mostrar, que la miseria del mundo, puede y va a ser transformada en amor, gracias a la cultura y a la transparencia de todo el hacer humano. Incluso, dentro de poco, los humanos, no tendremos necesidad de matar a otros seres vivos para alimentarnos. Por eso, ahora debemos cuidar mucho a nuestra flora y fauna, para que dentro de unos años más, podamos restituir la belleza del mundo que una vez fue. Para apresurar el proceso de cambios que eliminen el dolor dando paso al amor… es que yo escribo… este es mi granito de arena… y en mis escritos muestro realidades y pido que mi mundo sea un mundo de amor. Por eso muestro al amor en todas las formas que yo lo he sentido y que aún lo siento. Y se los doy a ustedes, mis queridos lectores, para que ustedes, también sean capaces de darlo. Para que ustedes también sean capaces de verlo, hasta en la gente que no conoce el amor, porque no lo han visto o porque está enferma de desamor.

Hay mucha gente buena en este mundo y hay muchos que no dan amor, porque no saben darlo o porque están enfermos de dolencias que causan desamor. Dolencias que hoy, y en general, no son curables, pero que en un futuro cercano… lo serán. Por todas las razones dadas, yo sólo escribo de amor… del amor que yo he sentido y que se da… y del amor que no he sentido y que se debiera dar.

Curiosamente, hace más de 5.000 años, todo fue escrito en los versos de mi Torá, para el hombre de esa lejana época, libro que hoy se puede leer y entender con la mente de hoy, para dar amor. Por eso yo, en mis poemas, tengo del amor que se siente y se da, y del amor que falta y se debiera dar. Y todo lo anterior… lo veo desde mi tierra aislada y distorsionada por su lejanía, colocada en el fin de este mundo atribulado. Por eso para compensar un poco la desazón que pueden haber causado mis últimos poemas, va un nuevo escrito sobre el amor, porque si pienso que el mundo es bello, con el amor podría ser mejor.



Yo escribo de amor


Yo escribo de amor
porque muchos no saben sentirlo…
Aunque saben herirlo…
y destruirlo.

El amor
es lo mejor
que Tú nos diste…
cuando nos creaste.

Cuando realmente nos amaste…
¡Mi Señor!

El amor que nos diste…
existe
pero el mundo no lo ve.

La alegría
del alma mía…
existe
pero ella no se ve.

Muchas cosas suceden…
Poco se ve…
y uno no sabe por qué.

Si quieres que todo sea hermoso…
si quieres vivir dichoso…
entonces vive enamorado.

Vive amando
y siendo amado…
vive dando
el amor que a ti te han dado.


Humberto Silva Morelli


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