martes, 26 de julio de 2011

Esto lo vi… y así lo sentí…


Era Poeta y tenía,
tenía hijos y mujer...
y con ellos él moría,
moría sin comprender.

En la calle él vendía
su alma y su querer.
Vendía su poesía,
poesía para comer.

Así el Poeta moría
como luz de atardecer.
Así el pobre moría,
moría por no valer.

En ese pueblo no valía,
porque todo era vender.
Sólo aquel que vendía,
tenía derecho a comer.

Allí todo el que nacía,
no sabía lo que es querer.
Sin amor se crecía,
se crecía para tener.

¡Cuánta tristeza había!
Había y sin saber.
¡Qué tristeza, vida mía!
Es una vida sin querer.

Por eso Poeta decía:
¿Para qué tanto doler?
¿No es mejor vivir alegría,
que morir en vez de ser?

Es amargo repetía,
amargo de viejo entender,
que aquí todo moría,
se moría con sólo nacer.

Por eso Poeta vivía,
feliz según su entender,
feliz porque aún tenía,
poemas para vender..



Humberto Silva Morelli
10 de Octubre de 2004

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