miércoles, 17 de agosto de 2011

2ª CARTA

Yo no estoy “Clamando en el Desierto”
Y mañana jueves 18 de agosto, hay otra marcha estudiantil.

Yo soy agradecido de lo que fue Chile antes del desastre que aquí comenzó el 73 y que aún no termina. Mi padre fue profesor Normalista, de preparatorias. Mi madre fue profesora de Música. Y yo hoy día, con lo que ellos ganaban no hubiera podido ser dentista, ni profesor de la Universidad de de Chile. Igual hubiera sucedido con los dos hijos de mis suegros Anita y Luis Lawner, con el agravante que ellos llegaron sin nada material a Chille, sólo llegaron con sus manos, arrancando de la muerte que era cierta para muchos judíos en Rusia y especialmente en Ucrania de 1920. Si en 1945, hubiéramos vivido en esta “nueva sociedad de mercado”, yo hoy sería un “don nadie” y los hijos de Luis también. Y los hijos de mis hijos también. Y muchos hijos de Chile también. Afortunadamente Chile era diferente y pude cumplir mis sueños. Y como yo soy agradecido y recuerdo mi pasado, hoy apoyo el “no lucro y el no pago” Y Ud. querido lector, que a lo mejor es hijo o nieto de inmigrantes o de gente tan pobre como ellos, pero que gracias a la gratuidad de la enseñanza, Ud. ahora es un hombre de bien… y Ud., por unos dólares más, ¿tendría el corazón de muchos de nuestros políticos para cortar el futuro a los que hoy son… como fueron sus padres o sus abuelos?

Recuerdo que de chico, supe de los horrores que cometían los nazis primero en Alemania y después, supe de los horrores que cometieron por donde pasaron. Desde chico yo fui anti-nazi. Mi abuelo Rafael, el papá de mi mamá, era hijo de italianos. Mi abuelo y su amigo don Enrique Don, ambos ricos en 1925, dieron todo lo que tenían al pueblo de Constitución. Con su dinero, ellos construyeron la plaza, el estadio, el camino a la playa, la subida carretera al cerro Mutrún y miles de cosas más. Por eso mi abuelo, porque lo dio todo, en 1938 era un hombre pobre que vivía en Santiago. El mismo rico de antes, ahora podía comer, gracias a su almacén de barrio, el almacén del bachicha de la calle Dávila Baeza frente a Residencial. El me llevaba a la fraternidad entonces llamada “Italia Libera” donde supe de primera mano lo que hacían los fascistas en Europa. Y a lo mejor por eso y porque tenía padres que me querían, ayudé como cabro chico, en la Campaña Presidencial del candidato don Pedro Aguirre Cerda, del partido Radical, que competía con don Gustavo Ross un rico de derecha. Competía el profesor Pedro Aguirre Cerda, con el “Ultimo Pirata del Pacífico”, como apodaban al Sr. Ross. Esa elección la ganó en 1939, don Pedro o “Don Tinto” como le decían por ser moreno. En su candidatura él tenía dos importantes lemas: “PAN, TECHO Y ABRIGO” y “GOBERNAR ES EDUCAR”. Y gracias al arrollador impulso de don Pedro, Chile tuvo la mejor educación “estatal” de América y creó el primer Sistema de Salud para todo nuestro pueblo. Esa educación la destruyó Pinochet y todos sus egregios alumnos democráticos que han gobernado desde que cayó la dictadura. El Sistema de Salud Pública que creó el Dr. Salvador Allende, Ministro de Salud de don Pedro y que hoy se llama FONASA, ese no lo han podido destruir. Por todo lo narrado y mucho más, yo no puedo dejar de agradecer a don Arturo Alessandri Palma, el presidente de derecha y Liberal, que gobernó a Chile hasta 1939, todo que él hizo por “su querida chusma”… Y a don Pedro Aguirre Cerda, presidente Radical, que gobernó desde el 39 al 42, fecha en la que falleció, no puedo dejar de agradecer, repito, todo lo que ellos hicieron por mi Chile, que en ese entonces yo lo sentí un real “asilo contra opresión”. En 1922, llegaron mis suegros Lawner a Chile y fueron acogidos y queridos. En 1927 fue mi abuelo Alcalde de Constitución e hizo todo lo que incluso el último maremoto no pudo destruir. En 1939 me matricularon gratis en 6ª Preparatoria en el Liceo Amunátegui, cuando don Pedro y Allende echaron las bases del hoy nunca destruido Sistema de Salud hoy FONASA. Y yo recuerdo todo eso y recuerdo no sólo con amor a mis viejos familia, sino también a esos viejos que me pudieron dar lo que hoy yo soy y les agradezco y los defiendo y los trato de imitar. Y Ud. ¿recuerda igual a sus padres, a sus abuelos y a los abuelos de sus abuelos? Yo y todos los días, no sólo agradezco ver nacer un nuevo día, también le agradezco a mis viejos todo lo que ellos me dieron. Le agradezco a mi Chile todo lo que soy. Y ruego que los que le han quitado a la juventud de hoy, lo que yo tuve, se lo devuelvan Yo no agradezco la conmiseración por mis infortunios, no agradezco una limosna para sobrevivir, pero si agradezco y también ruego, para que el corazón de los que hoy gobiernan sea ablandado por el amor. No por el amor a unos dólares más, sino por el amor a Chile, que parte con proteger los sueños de los niños de Chile. Yo hoy sólo ruego que en un tiempo más, alguien con amor se apiade de los que han fallado, cuando ellos comprendan todo lo malo que han hecho. Por eso recién dije….

EDUCAR es aprender a dar amor.

Dar amor no sólo es dar, también es devolver, o volver a dar, lo que te han quitado. Hoy sólo sería devolver lo que los viejos de nuestros viejos nos dieron. Sólo eso es amar… y como dijo un gran chileno, "amar… es dar hasta que duela". Y por eso además ruego, que todos nosotros podamos romper la dureza de corazón que tuvo la porfía de Faraón ante el amor de Moisés. Por eso ruego que en Chile exista suficiente amor, para comenzar restituyendo lo que nos quitaron y que nuestros viejos nos habían dado. Por eso ruego que ellos, lo que aceptan tener lo que han quitado, tengan la grandeza que el amor da a los arrepentidos para honrar a su pueblo. Sólo eso, yo y miles como yo, rogamos y pedimos, a todos los que le niegan su amor a la juventud de hoy, que al menos les reintegren lo que yo y miles de yo tuvimos… y que mi Chile, años atrás con mucho amor nos dio.

Gacias, por entenderme... amigos míos.
Humberto.



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