sábado, 4 de junio de 2011

¿Soledad?

¿Soledad?
¿Recluidos en libertad?
¿Es sólo sentir de viejos,
de viejos que quieren gemir?

¿Por qué ir en el tiempo tan lejos,
tan lejos para sufrir?

Todo se inicia al nacer.

Al nacer nace el amor,
con amor, nace tu ser,
y con él, nace el dolor.

En blanco llega tu mente
en blanco para valer.
Uno es su propio docente
hasta que puede aprender.

Al forjar nuestro destino,
entre opciones a elegir,
andando abrimos camino,
es nuestra huella al vivir.

Cuando se va la inocencia
de nuestra inconsciente niñez
sólo añoramos su ausencia,
al llegar a la vejez.

Al fin logré mi familia,
la que tanto deseé.
Partió con la chiquilla
con la chiquilla que amé.

Pasan los años volando
volando y sin piedad.
Así todo pasando
se vuelve a la soledad.

Se van los seres queridos,
se van para no volver.
Nadie vuelve a su antiguo nido,
aunque se quiera volver.

Padres, hijos y nietos,
amigos y parecidos,
unos se van por completo
otros se van al olvido.

Por eso la frase ligera:
“Ha crecido tu heredad.”,
ojalá creerla pudiera,
porque se que no es verdad

Con todo lo que se ha ido,
es harto lo que me han dado.
Es hermoso y bienvenido,
lo mucho que me ha quedado.

Si la vida es ilusión,
recordemos su belleza.
Recordemos la pasión
del poeta que nos reza:
“El mayor bien es pequeño,
pues toda la vida es un sueño,
y los sueños, sueños son.”







Humberto Silva Morelli
23 de mayo de 2006

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