domingo, 3 de abril de 2011

NUNCA ESPERÉ DEL CIELO

Nunca esperé del cielo,
nunca un regalo mejor.

Sin tocar su oscuro velo,
D’s me trajo a mi vieja,
la más pura y blanca oveja
de sus campos de amor.

Como el tiempo ha terminado
y debiéramos partir,
quisiera ir con mi ser amado,
a donde se va después de morir.

Pero antes que eso suceda,
te pido otro favor:
Detén de la muerte la rueda,
y danos más días, Señor.

Después del bien que ya me hiciste,
te lo pido con empeño,
y sin temor.

Un obsequio ya me diste…
pero este es mi ultimo sueño…
Es el sueño de un soñador.



20 de octubre de 2005

No hay comentarios:

Publicar un comentario