9 años atrás
destrozado quizás…
Mi alma atribulada…
pedía ser amada…
y sangró.
Y yo…
abandonado
en la soledad olvidada…
sentí el dulce amor
de su mirada.
Señor…
hoy
ya no estoy
solo ni olvidado.
Hoy la amo y soy amado.
Hoy la cuido y soy cuidado.
Hoy tengo la felicidad buscada
para mi alma enamorada.
(Así conocí a Ruth en el atrio de mi Sinagoga y al término de mi duelo religioso, el 2 de noviembre de 2007)
Humberto Silva Morelli
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