Un
consejo
Un consejo
para cuando llegues a
viejo…
Cuando llegué a los
ochenta
y murió mi amor…
sentí como aumenta
el silencio de la
nada.
Como aumenta
el dolor añejo…
la orfandad del viejo
en la soledad helada.
Sentí que debía morir…
para vivir
acostado
a su lado.
Así
estaba…
cuando
mi vida escapaba
llena de dolor.
Pero no me fui...
La vida ganó.
Ganó el amor
y decidí vivir.
Cuando los rayos(*)
me salvaron,
supe que debía aceptar
lo pasado…
que debía
recordar con alegría,
los felices años que
pasaron…
y que debía volver
a caer
enamorado.
Porque yo necesito dar…
necesito ser
conquistado…
para vivir la vida que
Dios me ha dado.
Hoy…
nuevamente soy
dichoso y afortunado…
porque amo y soy
amado.
Humberto
Silva Morelli
(*) Los rayos
que me aplicaron, quemaron todas las células cancerosas que hace diez años, yo
tenía. Hoy lo puedo decir, con la casi certeza que así fue.
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