Miles de familias chilenas han quedado sin nada…
pocas
han quedado con algo.
¿Cómo puede existir tanta maldad?
¿Cómo puede existir tanta maldad?
Yo no
se cómo agradecer…
Yo no se cómo
agradecer…
ni cómo mostrar mi
querer…
a esos extranjeros,
reales compañeros…
que han llegado
a ayudar…
para apagar
los cientos de incendios
provocados.
A paliar todos los dolores
causados…
por tanto desalmado
que goza con el dolor,
que goza con el temor,
del que perdió todo lo
que tenía,
del que herido gemía…
al vivir su propia
agonía.
Yo no se cómo
agradecer…
ni cómo mostrar mi
querer…
a aquellos hermanos
que de lejos han
llegado
a besar nuestras
manos…
manos que se han
quemado.
Yo no se cómo
agradecer…
ni cómo mostrar mi
querer…
a todos esos hermanos,
hombres mujeres y
ancianos…
que han expuesto su
vida
y también la han
perdido…
ayudando a un alma
dolida,
que el destino ha
herido.
Yo no se cómo
agradecer…
ni cómo mostrar mi
querer…
a tantos que nos han
amado…
a tantos que nos han
ayudado…
dando amor…
y besando nuestro
dolor.
Yo no se cómo
agradecerte a ti…
por lo que has hecho por
mi…
porque me has ayudado
con todo el amor que tú
me has dado.
Para todos nuestros
amigos norteamericanos, rusos, peruanos, haitianos, argentinos, brasileños,
venezolanos, franceses y tantos otros que se me escapan… como nuestro glorioso Cuerpo de Bomberos de Chile, nuestras Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile... que sin pedir nada... lo han dado todo, hasta su vida... Tampoco deseo olvidar a los extranjeros
que han venido a estas tierras, para compartir sus vidas, dentro de un mundo
que nos ha dado mucho amor y esperanza... van estas letras, de un viejo poeta,
que escribe, lo que todo mi Chile, con su corazón herido… desearía decir.
Humberto Silva Morelli… vuestro poeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario