¡¡¡Te quiero mucho!!! Me decía
Tamar…
la bisnieta mía.
Niña preciosa
como luz de día.
y tierna como dulce avatar.
Grácil y hermosa
mariposa
como una rosa
que brilla
en la orilla
del mar.
Gracias Tamar…
por honrar
a tu viejo abuelo.
Gracias Tamar…
por tu dulce desvelo.
Humberto Silva Morelli
Octubre de 2014
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