Una joven lectora de mis poemas, recién me preguntó… ¿Políticamente qué es usted? Sólo ahora le respondo, porque no me es fácil hablar livianamente sobre eso…
Empezaré diciendo…
Hoy yo creo que toda persona, cuando nace, debiera vivir con los siguientes y mínimos grupos de derechos irrenunciables. Y también creo que si fuera posible tener esta realidad, el mundo entero comenzaría a ser una sociedad hecha con amor.
1. Derechos Básicos y Mínimos que se debieran conquistar.
Estos son derechos que corresponden a procesos cuya responsabilidad de ejecución y mantención debieran ser totalmente una obligación del Estado. Considero que la palabra Estado define a los organismos de mando que se ha dado una comunidad, que con su trabajo entrega la posibilidad de tener derechos y deberes que afectan a todos los individuos de una comunidad. Y dentro de toda la gama posible de estados, yo acepto como el mejor, sólo a un Estado Democrático, donde el poder soberano lo detente el pueblo mediante plebiscitos, como en la antigua Grecia, cuyos mandatos deben ser ejecutados por los poderes ejecutivo y legislativo, y operados en sus diferentes materias por personas de reconocido saber en esas materias. Pensando que este sistema es muy diferente de lo que hoy e Chile llamamos “Democracia”, porque le daría un poder a la gente común hasta ahora desconocido, es que creo que este sistema sólo sería posible en la medida que la cultura general del país lo pueda hacer funcionar. Dentro de esta visión, yo no implementaría en Chile ni siquiera una democracia como la danesa, porque si “el 84% de los chilenos no entiende lo que lee”, la imposición de cualquier régimen culturalmente más avanzado que el nuestro, estaría hoy condenada al fracaso. Y este realmente es el gran triunfo de la actual oligarquía chilena, que al mantener el consenso sobre el sentido democrático de una votación universal para mi sesgada, sigue eligiendo a los representantes de familias que desde siempre son las que nos gobiernan. Y como la educación es una herramienta para lograr dichos cambios, entiendo que la derecha y todos sus adláteres, hoy se resistan a tener una educación accesible para todos obstruyendo así hasta la posibilidad de mejorarla. Pero aún entendiendo lo dicho, creo que hay derechos básicos por los que luchar, cuya conquista lentamente llevará a Chile y al mundo, a la democracia sugerida, recordando que si sacamos silenciosa y pausadamente, pero sin desmayar, el barro de los pies del gigante… caerá el gigante.
Derecho a una educación totalmente igualitaria, comprendiendo como “educación” a un proceso continuo de enseñanza-aprendizaje que se desarrolla durante toda nuestra vida, tanto dentro como fuera del hogar.
Derecho a la salud, que como el “Derecho a la educación”, comprende a un proceso continuo de mantención del mejor nivel posible de salud para cada persona, cuyo hacer se desarrolla durante toda nuestra vida, tanto dentro como fuera del hogar. Este no es sólo un sistema médico, sino un sistema multidisciplinario-integral para todas y cada una de las personas incluyendo naturalmente a los actuales ahorros de la previsión, que debieran desaparecer dentro de un sistema coligado. Pero actualmente y por ser estos ahorros parte de nuestra salud, debieran ser solidarios y al menos mantener en el tiempo, su poder adquisitivo. Pero esto hoy yo no lo creo posible, porque todas las empresas afectadas, dirían que se está limitando la libertad empresarial, sólo al tratar de controlar las increíbles exacciones llamadas “ganancias” de las AFP e ISAPRES en Chile,.
Derecho a la vivienda, que aunque sea de por vida, este derecho va teniendo etapas diferentes según los diferentes haceres y conveniencias personales. Este derecho se inicia mediante la entrega en préstamo o arrendamiento de una vivienda funcional al individuo o a su familia si corresponde. Además este derecho considera la posibilidad de cambiar la vivienda estatal, por una vivienda privada, mediante un sistema parecido al danés para lo edificado, mezclado con el israelí respecto a la propiedad del suelo.
Derecho al trabajo. El trabajo debiera ser garantizado por el Estado dentro de las experticias personales y debiera ser aceptado o rechazado por el trabajador, dentro de normas sobre procedimiento que no lesionen la libertad personal de poder elegir sin dañar al prójimo. Hoy y en lo económico, creo que lo mejor posible es democracia y liberalismo similar al de las actuales potencias culturales europeas. Lástima que para lograr esa madurez, se necesita una base educacional de la que carecemos. Por allí deberíamos comenzar pero eso nadie lo entiende, salvo los jóvenes estudiantes de hoy, que no saben como lograrlo.
Derecho a la libertad de pensamiento y de expresión dentro de marcos que no impidan ni coarten la difusión de hechos que son verdades ocurridas. La interpretación de cualquier hecho, sea causa o efecto, debiera ser hecha dentro de una visión general que no perjudique a inocentes, salvo que existan pruebas en contrario. Sin cortapisas, la transparencia debiera ser total.
Derecho de todas las personas a la total información de lo que sucede en el manejo del Estado .
2. Junto a los anteriores, debiera existir una absoluta igualdad de derechos…
Para que cada ser humano pueda elegir lo que desea ser en la vida y vivir, junto con el derecho de ser correctamente asesorado por sus pares… y
Entre los seres humanos, para cambiar de hacer en su vida, si eso es psíquica, física y técnicamente posible.
Para pedir justicia y para cautelar el debido respeto mutuo entre humanos, de modo que ese respeto, sea similar entre todos … y finalmente …
Para difundir toda información en la que el Estado o los hombres del Estado fallen… por incumplimiento de cualquiera de los derechos anteriormente enunciados o por incumplimiento en su actuar para defender las libertades civiles.
Con el objeto de profundizar aún más mi pensamiento, no creo ni en lo bueno ni en lo malo, porque esas palabras definen sólo lo deseable o lo no deseable dentro de momentos culturales. Son conceptos tan personales, temporales y territorialmente definidos, que poéticamente yo sólo los uso para definir estados de ánimo. En cambio la presencia o ausencia de “amor” en nuestros actos, tiene un connotación eterna e inequívoca. Si yo deseo asesinar, robar, mentir, atropellar, o sólo dañar, no siempre es malo ni inmoral. El gran Alejandro Magno, un niño de unos 20 años, cuando entraba con su ejército a un país extranjero, mataba a todos los habitantes de la primera aldea que encontraba, pero dejaba vivo a un hombre joven y vigoroso, para que corriera sus caminos y le avisara a su Rey que el Gran Alejandro había llegado y que si no lo rendía los honores necesarios, su pueblo entero correría el mismo destino de su masacrada aldea, y eso no era asesinato, porque todos los Reyes lo hacían. ¿Alguien recuerda con horror a famosos como Hitler, Stalin, o a Pinochet en una escala más humilde? ¿Y lo de robar? ¿Qué es la esclavitud si no es robar la vida a una persona para transformarla en un objeto de producción? Yo siento que cuando nació “el poder” nacieron los ladrones que agrupados formaron los primeros jefes tribales. Y dentro de un ascenso de civilización llegamos al estado moderno, que en su subconsciente no puede dejar de lado sus instintos defensivos y sanguinarios primarios. Pero como dicen los que tienen sabiduría… “Es lo que hay”. Y yo con alguna razón reclamo… “Pero eso, tiene que cambiar”.
Por tanto mi hacer político, se define como… “lograr que el amor, sea el gran administrador”… y dentro de este modo de `pensar, todo lo que esté ausente o tenga ausencias de amor debiera estar al margen de la ley y por ello debiera ser legalmente sancionado. Por esas razones yo no puedo ser partidario ni siquiera puedo pensar que cualquier violencia sea buena, porque violencia significa ausencia de amor. Por eso ninguna dictadura es buena para mi, ni las sociales ni las económicas. Lo digo así, sabiendo que ambos términos son eufemismos modernos de “marqueting” para desacreditar a otros mientras uno vende venenos. Conceptos que se usan para vender los supuestos socialismos chovinistas y nacionalistas o el neoliberalismo que te esclaviza en nombre la libertad y que hoy defiende a los mismos banqueros que aún deben el dinero que Pinochet les “dio” en 1982 para sanear sus estados de liquidez.
En términos de adscripción a algún ideologismo, yo estoy con los que quiero y me quieren. Y mi hacer político como poeta es dar a conocer lo que es el amor. Afortunadamente soy una persona como tú estimado lector, pero muy mayor, a la que el Creador le dio el don de la poesía, hermoso vehículo para conocer y difundir el amor. Y tal como lo piden los “Santos Escritos” mi deber es amar al Creador… y a través de este amor, amar a toda su creación. Y en “El Día del Perdón” que se aproxima, agregaré a mis ruegos: “Perdóname Señor porque recién he visto la pureza y el resplandor del amor que Tú me has dado. Perdóname Señor porque recién he comprendido, para qué he vivido y por qué sigo enamorado.”
En razón de lo dicho y sentido, mi trabajo hoy consiste en regalar mi poesía, sin más restricciones que el respeto a mi autoría. Mi regalo para ti, puede ser recibido, aquí en mi blog “poemasdehumberto” y en ANAJNU, elementos que como todos nosotros, están en continua renovación. Esa es la vida y eso nadie lo puede detener.
Ahora te respondo joven lectora mía… Esta es mi opinión política y también mi poesía. Afortunadamente soy poeta y puedo soñar,
Humberto Silva Morelli
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