Con
mi Ruth, pasó mi susto de lo inmediato, aunque permanezca la inseguridad de un
futuro incierto. Esta vez no hubo la urgencia que parecía existir… aunque no exista
mejoría. Pasó nuestro primer susto con su corazoncito dañado… La primera
aflicción... pasó. Ahora la ciencia nos abrirá los caminos que ella conoce y la
fe mitigará nuestro dolor. La vida es hermosa y es parte de un destino
inalterable. Yo trataré de esconder mi dolor aunque el siempre esté presente. Mi
Ruth tratará de vivir, sabiendo que está marcada para partir… y yo seguiré
tratando de apartar a la parca de su lado, tratando que ella sea feliz.
Tratando que todos sus días venideros estén rodeados de amor. Yo no puedo hacer
más y nadie puede hacer más… salvo orar para se compadezca el Señor. Y ustedes
ya lo han hecho… y espero que lo sigan haciendo. Es una mitztvá. Es un acto de gran
amor interior… Es un acto de gran amor que parte del alma.. Y por eso agradezco
vuestra ayuda. Gracias. Nunca dejaré de dar las gracias cuando alguien hace por
otro un acto de amor. Y como gracias a mi Ruth… y siempre para ustedes… seguirá
floreciendo mi poesía… seguiré escribiendo mis rimas de amor, ocultando el
dolor de la verdad nos hiere, a todos nosotros… por siempre… miserere (*).
Humberto
Silva Morelli
(*) Aludo al Salmo 51 (Lit.) llamado "Miserere" y que se inicia pidiendo... "Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión, borra mi culpa... "
No hay comentarios:
Publicar un comentario