Tengo dos gatos
Son la dulzura
que alegran mis ratos
con su ternura.
En la temprana
mañana,
me despiertan ronroneando
pidiendo comida…
y después de comer…
siempre ronroneando
y casi sin querer…
la gata…
que presume de arisca e ingrata…
como a hurtadillas…
se sube a mis rodillas
y se queda dormida.
En el día…
cuando yo estoy…
son mi alegría.
Y si me voy
al volver…
expresan su querer
ronroneando…
pasando…
rozando
su cuerpo con el mío…
Como el rocío
cubre a la flor…
dándole un beso de amor.
Mis gatos vienen y van.
Piden y dan.
Sin hablar.
Sin afanar.
Sólo para estar…
Sólo para amar.
Dando.
Amando.
Ronroneando.
Sólo amando…
y ronroneando.
Humberto Silva Morelli
Mayo de 2013
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