Estimados amigos de Chile, de los EEUU, de Rusia, de Alemania, de Israel… Amigos de mi hermosa América Castellana y de esa Europa que aún tambaleando y con sus no solucionados problemas raciales y económicos, agrupa… en su pasado y en su presente… la cultura Humanista de mundo... Amigos de esos territorios eslavos que como mongoles, Gengis Kan unió con el destino de Europa... Amigos de esa siempre convulsionada Asia Menor de donde los semitas llevaron su enorme cultura y humanidad al mundo occidental y para regocijo de nuestras almas… llevaron las letras de mi “Libro Santo”, las letras de mi “Biblia” que contiene a mi “Torah” en su corazón. Amigos de países que ni siquiera imaginaba, pero que han sentido mis palabras nacidas de lo que siente mi corazón… a todos ustedes…
Esta palabra la escribí muy grande en el cielo, porque así son las gracias que yo les doy. Esto no lo digo porque ustedes me han distinguido. No lo digo porque yo he tenido reconocimientos humanos bellos y no esperados. No lo digo porque mi ego estuviese inflado, que no lo está ni lo estará. Les doy las gracias sólo porque ustedes como yo tienen un corazón que está enamorado del amor. Lo digo porque he entrado en vuestro mundo personal y los he unido en el amor. Lo digo porque ustedes y yo hemos podido soñar juntos sobre la belleza de nuestra vida. Lo digo porque ustedes conmigo han llorado… hemos llorado cuando un amor ha abandonado nuestro lecho, nuestra vida… y hemos sido felices cuando un alma, a veces desconocida, nos ha besado. Cuando esa alma ha acariciado a la nuestra, aunque sea sólo con una mirada. Y hemos llorado por amor… cuando el salvajismo del mundo ha tratado de matar el amor, asesinando y torturando cuerpos con almas que sólo quieren un mundo de mejor, como yo lo siento y lo escribo… aunque ellos aún no lo sientan así… aunque ellos aún no lo sepan así. El amor no se sabe, no se aprende… sólo se da y uno sólo puede dar, lo que uno siente. Pero cuidado… el amor, como todo sentimiento humano, tiene extremos y todos los extremos son malos. Son nocivos. Destruyen, encarcelan, o esclavizan nuestra alma. Si el amor manifestado rebasa al amor de nuestra alma, nos enfermará y también enfermará al que así es amado. Si el amor manifestado es mezquino en relación al amor que contiene nuestra alma, esa mezquindad lentamente nos destruirá y también destruirá a lo que ese desamor toca.
Todo en el mundo es así. El equilibrio domina un universo naturalmente inestable y por eso es que para mi es ley. Nuestra felicidad sólo llegará cuando el mundo sepa amar. Y a ustedes… mis lectores… yo los considero mi pueblo… porque sienten el amor de mis escritos y sólo por eso… son capaces de dar amor. Al leer mis escritos, ustedes notarán que en ellos no hay odio… pudiera haber un rechazo a los que odian y matan sólo por odiar… pero no hay odio. Tampoco existe el amor a todo trance, aunque todos mis escritos son de amor. Porque el amor debe respetar, no apabullar. El amor debe ser correspondido, no obligado. El amor debe ser dado con amor y recibido con amor. Sólo cuando eso sucede el amor ha sido compartido. Sólo cuando eso sucede el amor ha sido dado, porque ha sido recibido y replicado. Si no hay réplica, el amor simplemente no llegó. Porque no todo lo que uno da, es recibido.
Pero en este agradecimiento para todos los que… por amar al amor me están conociendo, lo entrego especialmente a un grupo humano muy chico y muy particular, que merece ser reconocido… va destinado a los poetas que componen en Departamento de Poesía de la UNESCO, dirigido por don André Cruchaga. Va para ellos, porque ellos como ustedes mis lectores, me han honrado al incluirme como “Un Poeta De La Humanidad”… como uno de ellos… y lo han hecho con la delicadeza que da el amor. Por eso estas GRACIAS… enormes que escribí, van para todos ellos con el mismo afecto con que ellas, les ha llegado a todos ustedes. Esta inclusión que me otorgado la UNESCO ha servido y mucho a la poesía. Muchos de los que nunca han leído sobre el amor, ahora lo han hecho… guiados quizás por el antiguo sentido de subordinación o de manada, con el que los humanos nacemos. No es reprobable conocernos. Lo reprobable es sub. o sobre estimarnos si tenemos la capacidad para saberlo. La célebre frase: “Date Caesari quae sunt Caesaris Caesari et quae sunt Dei Deo.” nos dice como somos… para mi no dice lo que debemos recordar. Por ello, yo sólo doy o enseño a dar… ese amor que nuestro Creador puso en nuestros corazones. Y eso, exactamente eso, es lo que la UNESCO ha hecho. Es lo que los poetas que allí se agrupan me han dado. Ellos sin conocerme, han consumado... un muy hermoso acto de amor. Y ese acto es totalmente de amor porque es totalmente desinteresado.
Esta carta fue escrita con un solo propósito… para que ustedes sepan que me enorgullece haber dado lo que he dado, sólo porque ustedes lo han recibido y recibiéndolo, me han amado.
Finalizo diciendo: Gracias nuevamente, a todos ustedes, mis desconocidos lectores, por haberme honrado.
Humberto Silva Morelli
Poeta
12 de junio de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario