jueves, 25 de febrero de 2016

Me han defraudado



En mi casa soy muy amado
y aún sigo enamorado.

Pero afuera…
yo no quisiera
que la gente…
fuera
tan diferente.

No quisiera haber sido engañado…
hasta cuando he votado.

Me han defraudado.
He sido golpeado.
Y mientras mi vida avanza
me han quitado la esperanza.
¿Es que no hay en quién confiar?
¿Es que el mundo ha dejado de amar?

Votando…
La gente en la que creía
ha robado
mi utopía.

Confiando…
La gente en la que creía
ha defraudado
mi fantasía.

Se han vendido…
¡Les han pagado!
Y yo les he creído…
cuando me han engañado.

No se cuántos ni quienes…
han sido pagados
con la plata sangrante
del dictador.

Pero la vida tiene vaivenes…
y ellos serán conocidos y aplastados
por el pie gigante
de un pueblo lleno de dolor.


Humberto Silva Morelli

viernes, 5 de febrero de 2016

En el país de Momoplían…





En el país de Momoplían…
hubo un pronunciamiento.

(Este es un poema-ficción.    Cualquier parecido
con sucesos reales es pura casualidad. Además  
el  país  Momoplían,  solo  existe  en  mis  recu-
 rrentes sueños de poeta).



En el país de Momoplían
donde los momos vivían…
el día menos pensado…
hubo un Golpe de Estado
que los golpistas llamaron
“Pronunciamiento Militar”…

Con ese nombre mataron
lo que se podía matar.

Primero te detenían
y si querías al Rey…
te mataban.

Muchos morían
en su ley
sólo porque hablaban.

El Rey
se suicidó…
y su palacio fue quemado.

Los partidos…
fueron tiempos idos.

Las ideas y el pensamiento…
se los llevó el viento.

Todo cambió.
La democracia murió.

Sólo quedó la inteligencia degradada
de la hermandad uniformada
y de los civiles que los mandaban
y apoyaban.

Ellos se adueñaron de Momoplían.

Y  robando
y matando
lo hicieron funcionar…
lo hicieron marchar…
con la poca inteligencia que tenían.

Así…
Allí…
En medio del lodo…
y dominando todo…
el Presidente de la antigua ley
ratificó al nuevo Rey
para que hiciera
lo que quisiera
con la siguiente ley-mandato…
Bando:
“Recuerda que yo mando…
Si reclamas te mato”.

Esa gente,
con el amor ausente
y la violencia extrema…
acobardaron
y anularon
a los buenos de Momoplían
que aún allí vivían...
que no habían arrancado,
que no se habían exiliado.

Y de a poco…
según evoco…
asesinando
y robando
con mil engaños…
y en sólo pocos años…
lograron la total desgracia…
de anular todo lo que hizo la democracia.

Los capones del x-kgo 
crearon un país aciago…
donde todo el que mandaba…
robaba,
mataba,
o hacía desaparecer…
según su real entender.

Pero el pueblo se aburrió de ser esclavo
y empezó a golpear.

Y el pueblo se puso bravo,
porque sumergido
y escondido…
no se le podía pillar.

De noche…
fue tremendo el boche
de cordillera al mar.

Todo el mundo golpeaba sin parar.

Feo golpeteo.

Feo caceroleo
que no paraba…

Que asustaba.

Los milicos no salían
porque no sabían
a quién matar.

¿A quién debo liquidar…?

¿Preguntaba un tonto, viejo y contreras
a su querido general…?

Haz lo que quieras…
decía el dueño del mal.

Cuando ya no quedaba nada qué robar
ni qué privatizar…
arremete
el Vil Pin Siete.

Vil Pin Siete se llamaba
el que entonces mandaba
y también robaba,
como después se pudo probar.

Ese mismo fue el que decidió ser presidente
permanente
de Momoplían…
convencido que allí todos lo querían.

Hizo un plebiscito
pensando que ganaría…
usando su poder y picardía
dentro de un marco de corrupción…
y perdió…
el guasón(*).

Por un poquito,
la luz se impuso ese día…
y la oposición ganó.

Fue una democracia castrada
la que llegó.

Y como decía el necio…
todo tiene su precio
y aquí no ha pasado nada…
porque Momoplían pagó.

“Todo cambia para que siga igual”
pensaba Maquiavelo
con el “Príncipe” como aval…
dicho que aún sirve de consuelo.

Ese fue el pago que ellos aceptaron tener…
para dejar el poder.

Y la democracia custodiada,
aherrojada,
amordazada,
violada,
acorralada,
desmedrada,
y ansiada
llegó
y se quedó…
recordando que aún siendo poco,
lo que tengo y coloco…
es mucho mejor que nada.

Todos los sistemas aberrantes,
siguieron igual que antes.

La privatización
de la educación
siguió igual…
como el pago de la universidad…
como toda la maldad
del dictador.

Todo siguió con falta de amor.
Y así…
aquí…
cohecha que te cohecha…
volvió a ganar la derecha
porque la gente
decente
no votó…
Se aburrió.
Se desilusionó.

¿Cambiará Momoplían
como en el plebiscito decían?

No lo se…
He sido tan engañado que ya no tengo fe.

Para bien o para mal…
todo sigue igual.
Pero algo ha cambiado…

Ya no se mata si uno dice ¡Han robado!

Sin embargo siguen robando
y matando…
porque hay muchas maneras para robar,
y otras muchas para matar.

¿Llegará el día en el que todo pueda cambiar?

No lo se.

La esperanza agoniza…
y se triza
la fe.

Pero en ese pueblo lleno de dolor,
aún vive la esperanza,
con la confianza
que da el amor.






(*) El sempiterno enemigo de Batman se llama Guasón y se le dice así a toda persona que representándose a si misma o a un grupo de personas, parezca tener sus cualidades mentales, morales, dadas por sus actitudes teatrales de hombre bueno, como sucede con  las caretas que usan las personas descritas, en los Ídolos de Sir Francis Bacon.


Pienso...


                                                       Ruth y yo.


Se que soy dichoso,

Mi meta es llegar...
¿Dónde?
No lo se.

Mi meta es brillar...
¿Dónde?
No lo se.

Mi meta es triunfar...
¿Dónde?
No lo se.

Sólo se que soy dichoso,
porque en este mundo hermoso…
puedo dar.

Se que estoy contento con mi vivir,
porque puedo escribir
y cantar

Se que soy afortunado
porque puedo amar
y soy amado.

¿Quién puede querer
más allá de lo soñado?

Yo sólo debo agradecer
seguir estando enamorado…
y a veces sólo seguir…
porque sólo el seguir
no todos lo han logrado.



Humberto Silva Morelli